domingo, 15 de mayo de 2011

¿Reinserción o nuevo origen de exclusión?



El artículo 25.2 de nuestra constitución atribuye a las penas de prisión un carácter reeducador y reinsertador del delincuente.
La semana pasada tuve la oportunidad de visitar la cárcel de Navalcarnero y a partir de ese día ciertas ideas están rondando mi cabeza.
La duda principal que invade mis reflexiones es si verdadedamente la cárcel está cumpliendo su función de reinserción o simplemente es un castigo para aquel que ha sido condenado. A lo largo de ésta reflexión voy a intentar no ser cínica, ya que siempre he tenido la idea de que un culpable debe cumplir su castigo, pero también pienso que cada caso es un mundo. Existen delitos de muy distinta naturaleza y por ello pienso que su tratamiento y "condena" deben ser bien diferentes.
 
Es cierto que no pude visitar todo los módulos(todos sabemos que cada uno enseña lo mejor de su casa...) Los módulos que conocí con más detalle fueron el relacionado con drogodependencias y el llamado módulo de respeto. El módulo de repseto me pareció el mayor ejemplo de como sí podría cumplir la cárcel su función de reinserción.

En este módulo existen normas establecidas por los funcionarios pero los presos se autogestionan, es decir, forman grupos de trabajo, se reparten las tareas e incluso resuelven los conflictos internos mediante asambleas. Me sorprendió lo bien que funcionaba y el ambiente de educación y buena convivencia que reinaba en él.

Aunque como me comentaron algunos presos hay módulos muy diferentes en los que el clima de tensión hace imposible la convivencia normalizada y no les permite dedicarse a estudiar, aprender oficios, etc. Otro detalle que me sorprendió hablando con ellos fue que son los primeros en decir que la cárcel debe tener parte de castigo y que según su punto de vista la inmensa mayoría de los que están allí se lo merecen, pero agradecen de una manera desmesurada cualquier tipo de actividad que les haga sentirse útiles y mejor formados.

Vi tantas cosas y escuché tantos testimonios que me es imposible resumirlos aquí. Pero lo más importante para mí fue afianzar mi idea de que pese a que alguien merezca pagar por algo que ha hecho TODOS merecemos una segunda oportunidad, porque con ayuda todos podemos reconducir nuestra vida e incluso conocernos mejor a nosotros mismos.
Ojalá pudieran ser más los espacios en prisión dedicados a la reinserción y ojalá una vez los presos han pagado su condena salgan a la libertad verdadera, es decir, en igualdad de condiciones sin que los demás les sigamos condenando eternamente, pero parece ser difícil librase de prejuicios sobre todo cuando has sido víctima de algunas situaciones.
La reinserción es un proceso de todos y para todos, debemos reconstruir la realidad trabajando los problemas desde dentro.

Laura Dávila Fuentes.

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