Los gitanos son la minoría cultural más antigua y a la vez más discriminada de Europa. El gitano ha sido desde siempre un pueblo de tradición oral. Nunca ha escrito nada. Como consecuencia, la tasa de analfabetismo entre los gitanos ronda el 60%, lo que dificulta la preparación necesaria para afrontar los retos de la sociedad actual y provoca una indefensión ante la sociedad “paya”.
Respecto a la enseñanza, muchos centros educativos ponen impedimentos para facilitar el acceso a la educación de niños gitanos por el temor a que los padres de los niños no gitanos se opongan a que sus hijos compartan aula con ellos. Y por otro lado, la escuela convencional no recoge entre sus planes de estudio elementos de la estructura social del pueblo gitano.
La mayoría de gitanos vive en la actualidad de la venta ambulante, pero la práctica de esta actividad laboral se ve dificultada por las reticencias de las autoridades locales a facilitar permisos de venta. En otras actividades los gitanos se encuentran frecuentemente con problemas derivados de la falta de cualificación profesional y de la carga de prejuicios que conlleva trabajar con un gitano. Pocos empresarios se atreven a contratar y, aún menos, a dar trabajos de responsabilidad a los las personas de esta etnia.
En cuanto a la vivienda, un buen número de ellos se ve obligado, por sus condiciones económicas, a vivir en condiciones de insalubridad, en zonas marginales. Los numerosos programas de realojamiento que se llevan a cabo encuentran como principal obstáculo el rechazo de los vecinos a que los gitanos vivan en su barrio.
A mi parecer, la discriminación ejercida por la sociedad mayoritaria hacia el pueblo gitano, es en gran parte causada por los medios de comunicación que en muchas ocasiones dan una imagen sobre los gitanos que no es real pero que si “vende”.
Tuve la gran oportunidad de hacer mis prácticas de FP con personas de esta etnia y he vivido en primera persona la indignación que tenían muchos de ellos por ver como siempre la imagen de su pueblo es perjudicada. Un gitano que vive en un piso normal, tiene un trabajo normal, lleva a sus hijos a un colegio normal…no daría audiencia, lo que interesa es la imagen de aquellos que se dedican a la droga, que viven en una chabola, que no tienen oportunidad de ir a un colegio y que pasan fatigas para sobrevivir día a día desde que se levantan hasta que se acuestan.
Dejando a un lado el terreno profesional, y hablando sobre experiencias personales, he vivido en mi piel la discriminación por parte de muchas personas por el hecho de salir con personas de esta etnia. Algo tan simple como ir a una tienda a mirar ropa se convierte en una odisea para muchas personas gitanas. Siempre está presente el qué dirán o los tópicos que la mayoría atribuye a este pueblo y personalmente me parece muy injusto a la vez que triste…
Para terminar mi comentario me voy a permitir dar un consejo a todas aquellas personas que emiten juicios de valor sin tener idea de lo que hablan...
¡¡CONÓCELOS ANTES DE JUZCARLOS!!
ALBA MALLERO SANTAELLA
No está mal el artículo aunque deberías citar las fuentes cuando aportas datos, sino parece muy generalista y carece de cientificidad. Saludos de un gitano de Pamplona.
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